Suecia y Estonia han expuesto esta mañana en Zaragoza sus políticas de medidas inclusivas e inserción laboral de personas con discapacidad. Sus modelos difieren del español en el uso de la discriminación positiva, no imponen cupos de contratación de personas con discapacidad ni diferencian la formación de personas con y sin discapacidad. Su criterio es normalización desde la adaptación de los recursos accesibles para toda la sociedad. Profesores, profesionales y empresarios pueden contar con recursos y equipos de apoyo para hacer las adaptaciones que sean necesarias para la participación de las personas con discapacidad en el sistema educativo, laboral y social. Así, lo han expuesto los representantes de la Swedish Agency for Disability Policy Coordination y, por parte de Estonia, la coordinadora Innove-Foundation for Lifelearning Development.
La Red Europea de Accesibilidad Universal, promovida por el Instituto Aragonés de Servicios Sociales y el Instituto Aragonés de Empleo junto con organismos públicos de Suecia y Estonia, se han reunido esta mañana en Zaragoza para cotejar y sus estrategias de inserción sociolaboral de personas con necesidades especiales.
En el caso de España, los portavoces del IASS e INAEM han explicado que tanto a nivel de concienciación como legislativo, las estrategias recomiendan no descartar medidas de discriminación positiva, como los cupos de reserva de empleo para discapacitados (2% en la empresa privada, y hasta el 7% en la administración) y la oferta de cursos específicos y adaptados. Pero en definitiva, desde las perspectivas de los distintos países de Europa la conclusión de esta mañana ha sido que “la combinación de unas estrategias y otras será el camino más seguro para alcanzar plenamente los objetivos de integración real que de distintas formas busca cada Estado”. Precisamente, la metodología de trabajo de la nueva Red de Accesibilidad Universal, permite contrastar y plantear estrategias comunes. Los expertos europeos que se han reunido esta mañana en Zaragoza han coincidido también en que “las barreras están en las mentes, y Europa tiene que trabajar con amplitud de miras, para poder aplicar conjuntamente los aciertos conseguidos por las políticas inclusivas de cada país”.