La Fundación Federico Ozanam agradece, y especialmente en estos tiempos difíciles, el respaldo solidario y multitudinario de la sociedad zaragozana
La jornada final de ayer en el Rastrillo Aragón marcó un hito en la historia de esta cita solidaria, ya que recaudó 98.000 más que ningún día hasta ahora en los 26 años de Rastrillo. Y en total, la cifra global conseguida en la edición de este año ha alcanzado los 580.000 euros, una cifra importantísima que se destinará directamente a los programas que la Fundación Federico Ozanam dedica a formación, apoyo a desempleados y becas de residencia para personas mayores, precisamente los recursos más necesarios en tiempos de crisis. Se estima que durante estos 10 días han pasado unas 100.000 personas por el Rastrillo y tanto respaldo multitudinario merece, como no podría ser de otra manera, un balance «altamente positivo» por parte de la Fundación Federico Ozanam, y su presidente, Enrique Santamaría agradece «el esfuerzo que, ahora más que nunca, hacen los zaragozanos para, pese a la dificultad de los tiempos que corren, seguir apoyando tan incondicionalmente este Rastrillo». De hecho, sobre la alta recaudación obtenida,pese a ser un poquito inferior que el año pasado, destaca «es una cifra impresionante y desde luego importantísima para hacer posibles algunos de los más importantes programas sociales que desarrollamos desde la fundación».
Por ello, el agradecimiento más destacado es también por parte de Ozanam para los más de 850 voluntarios y voluntarias «que trabajan intensamente estos días, pero también a lo largo de todo el año, para hacer posible que este proyecto se mejore edición tras edición». La cita ha conseguido además este año más aportaciones tanto de particulares como de los más de 500 comercios y empresas que colaboran. Así, a lo largo de su trayectoria, el Rastrillo ha permitido la puesta en marcha de cuatro Residencias para Mayores, ha financiado los servicios de Ayuda a Domicilio y Bolsa de Vivienda y, desde hace tres ediciones, la recaudación se destina a medidas de Formación y Empleo para hacer frente a las graves efectos de la crisis en los colectivos sociales más desfavorecidos.
De hecho, desde Ozanam se subraya que ante la actual coyuntura económica es prioritario complementar las actuaciones públicas, ampliando la oferta formativa dirigida a aquellas personas con más dificultades en estos momentos. Como ejemplo, de los programas que sostiene el Rastrillo, en 2011, se dieron módulos de formación a 60 jóvenes de entre 16 y 21 años con fracaso escolar, y que así se prepararon en los oficios de carpintería, lavandería, fontanería y albañilería. También más de 500 alumnos inmigrantes pudieron adquirir formación básica y aprender español, y se llevaron a cabo 16 cursos dirigidos a más de 200 alumnos en otros oficios como pintura, horticultura, matenimiento de edificios… Y por su parte, desde la Agencia de Colocación de Ozanam, con más de 15 años de experiencia, se ha atendido a más de 5.000 personas en los últimos 12 meses, y se han cubierto más de 500 ofertas de trabajo. Y ese es el mensaje de esperanza que quiere lanzar la Fundación a la sociedad, frente a una situación difícil, también hay que dar los datos positivos, y cada contrato que se hace es una buena noticia.
Así que como dice la canción de Drexler que ha sido la banda sonora de este Rastrillo Aragón: «nada se pierde, todo se transforma», y desde hoy mismo, la cadena de solidaridad de la Fundación vuelve a ponerse a pleno rendimiento para convertirse en oportunidades para quienes más lo necesitan. De parte de la Fundación Federico Ozanam, gracias y ¡hasta pronto!.