- El testimonio de una empleada de hogar que denunció su caso visibiliza, en un webinar organizado por Fundación Más Vida y Unizar, la situación de exclavitud invisible que afecta a millones de personas en el mundo
- Este foro ha mostrado cómo el trabajo forzoso afecta mayormente a mujeres y se agrava en situaciones de pobreza, y también ha denunciado cómo el consumo irresponsable da cobertura a la desigualdad
Karla Patricia Hernández, nicaragüense que emigró a España para sacar adelante a sus dos hijas, lleva casi tres años en el país y durante dos ha sido, como ella misma ha dicho, “una 24/7, trabajando 24 horas al día, siete días a la semana, con un solo festivo al mes y sólo si me podían reemplazar”. Todo ello por 750 euros, sin vacaciones, con dificultades para conseguir permiso para poder asistir siquiera a una cita médica, con miedo por situaciones de acoso y tratada como una analfabeta, siendo maestra de formación. Cuando fue despedida tras romperse un brazo en un accidente laboral, asesorada por una trabajadora social y con el acompañamiento de UGT se atrevió a denunciar y, tras nueve meses, hoy es una mujer extranjera con su situación regularizada en España, que ha recuperado sus derechos, es miembro y activista del Colectivo de Trabajadoras del Hogar y Cuidados de Zaragoza, y da voz a una situación de desigualdad y explotación laboral que asegura “está invisibilizada”.
Precisamente visibilizar esta otra cara de la desigualdad de género ha sido el objetivo del webinar organizado por Fundación Más Vida y Universidad de Zaragoza bajo el título “La desigualdad de género, explotación laboral de las mujeres y la mujer en el mundo rural”. Con una alta participación de estudiantes de Trabajo social, Relaciones laborales, Recursos Humanos y del Máster Universitario en Relaciones de Género, se ha celebrado en la Facultad de Ciencias Sociales y del trabajo y se ha emitido en directo por el canal de youtube de la fundación, donde queda disponible.
Antonio Ranera, del Departamento de Migraciones UGT Aragón, ha centrado los datos que muestran la magnitud de la explotación laboral en el mundo: alrededor de 40 millones de personas en el mundo son víctimas de trata y explotación de todo tipo, matrimonios forzosos, explotación sexual (el 99% de las víctimas son mujeres), explotación laboral (el 58% de las víctimas son mujeres). Una de cada cuatro víctimas es menor de 18 años, y las mujeres más pobres son las más susceptibles de ser víctimas. La trata genera más de 150.000 millones de dólares de beneficio, siendo junto con el tráfico de drogas y de armas, los sectores no formales más rentables para los explotadores.
La prevalencia es que 2,7 personas de cada mil son víctimas de trabajo forzoso, “la exclavitud moderna”, como ha apuntado Ranera, quien ha explicado que “extrapolando los datos a Aragón, se estima que unas 3.000 personas son susceptibles de ser víctimas, y más de 1500 en la ciudad de Zaragoza”.
El miedo y la necesidad, ha subrayado, hace que estos abusos no se denuncien “por lo que la explotación convive con nosotros, y no se ve”. Por ello, y como portavoz del departamento de migraciones de UGT, ha reivindicado la necesidad de incrementar esfuerzos en la lucha contra la trata de seres humanos, mayor coordinación entre todos los estamentos implicados, mejorar la protección a las víctimas y, en especial, la importancia de adoptar medidas para tipificar penalmente el uso de servicios de personas víctimas de trata, para que haya capacidad de condenar a los culpables y de reponer a las víctimas.
Además, el webinar ha apelado también en la responsabilidad de la ciudadanía para actuar como agentes de cambio desde la responsabilidad de las decisiones del consumo. Olga Estella Ibarbuen, Gerente de la Fundación Isabel Martín que trabaja por el empoderamiento de las mujeres y el apoyo a la infancia desprotegida, ha planteado las consecuencias del consumismo que ha disparado el crecimiento de la industria textil hasta términos de insostenibilidad y es uno de los sectores de explotación laboral más importantes. “¿Quién ha hecho la ropa que llevas puesta?, asegura que es una pregunta que deberíamos plantearnos como sociedad, y aunque la respuesta sea difícil, porque la información es muy opaca, debería contribuir a no acumular ropa compulsivamente y a pensar cómo nuestras compras pueden cambiar o no situaciones de abuso”.
Por último, Rocío Gregorio Cuartero, Coordinadora del Centro Rural de Fundación CEPAIM en Barbastro, ha expuesto el fondo social del medio rural, dónde las mujeres han trabajado mayormente desde casa y sin seguridad social, por lo que hoy tienen una mayor precariedad porque son mujeres jubiladas sin pensiones. Asimismo, ha explicado las oportunidades que se abren en el mundo rural para nuevos pobladores, y ha puesto ejemplos de proyectos llevados a cabo para permitir tanto la adaptación de las personas inmigrantes como para tender puentes de conexión con las personas autóctonas.